martes, 27 de julio de 2010

Ah1-


Un llamado puede deshacer mi felicidad, una sola palabra puede arruinarme la vida. No son metáforas, me hubiera gustado que alguien le advertiese estas cosas: tene cuidado con lo que le decis, cuidala, por favor, cuidala. Nadie me cuido, nadie se hizo cargo de mi, nadie vio a que punto habia llegado mi obsecion y mi locura. Nadie iba a hacerse cargo de la muerte de lo mas sagrado en mi: la ilusion, la esperanza, mi imaginacion. Nadie sabia cuales eran mis limites, porque me habia encargado de hacer de mi vida, una mentira.

Mi propósito: que se preocupara por mi.

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